No hay satisfacción más grande que sentir que podemos hacer algo por los demás, el sentirte útil, el sentirte vivo. Tengo la dicha de compartir mi vida con un hombre lleno de valores, inteligente pero sobre todo es un hombre con un corazón enorme. Gracias al tiempo que comparto con él he aprendido lo importante de la educación y los valores que tiene la persona con la que convives a diario. Mis padres me dieron una muy buena educación, considero que soy una persona con buenos sentimientos y una mujer inteligente......... peeeeeerooooooooooo al momento que encuentras a la persona con tus mismos valores y además tiene agregados que de verdad, no creí encontrarlos en un hombre, es lo que te hace admirarlo en diferentes aspectos de la vida.
Soy afortunada con todo lo que tengo, sin embargo, el día a día, nos hace olvidarnos de los pequeños detalles que le dan sabor a nuestra vida y sobre todo esos detalles que le dan sentido y razón a nuestro camino.
El día del niño pasé por una de las experiencias más bonitas que me ha tocado vivir con mis hijos, mi novio, sobrinas y amigas. El 18 de abril entro a la oficina y me proponen ser parte de la organización de una fiesta para niños de escasos recursos, al principio no voy a mentir, pensé que yo llevava todo el paquete, y que iba a ser yo la que iba a tener la responsabilidad de todo, me gustó la idea mas no me entusiasmó. Al ver que yo no era LA ORGANIZADORA PRINCIPAL, sino solamente me estaban haciendo parte de esta experiencia, me dí cuenta que estaba rodeada de personas con verdaderas ganas de ayudar solo por el gusto de ayudar, sin campañas políticas, sin poner en alto alguna empresa, era simplemente satisfacción personal......... Por casualidad llegamos al centro educativo San Leonardo Murialdo, platicamos con el Padre y no hay mejor manera de vender algo si no se predica con el ejemplo, en lo personal el Padre me cautivó, ver su entrega, su entusiasmo fue lo que me hizo involucrarme más..... Llega el día del evento y de verdad iba un poco nerviosa, eran 700 niños, nos bajamos del carro y ahí empezó a lo que llamo ¨la aventura de una sonrisa¨. Sentir que eres parte de la felicidad de tantos niños que tal vez nunca se habían subido a un brinca brinca, el tener un payaso, tomarse una soda o comer un hot dog, el poder ver a mis niños divirtiéndose pegándole a una piñata, queriendo servir sodas, abrazando a otros niños que eran parte de esa aventura, de un intercambio de sonrisas y sentirnos todos iguales por el hecho de estar compartiendo un momento de felicidad, es algo que nunca se olvida. El tener la oportunidad de sembrar una semillita en el corazón de mis hijos y poder involucrarlos desde esta edad en estos eventos, no lo cambio por nada. Aquí aprendí lo mucho que me falta por dar, lo útil que puedo llegar a ser , y sobre todo terminar el día con una sonrisa de satisfacción viendo a tantos niños felices sólo por el hecho de hacernos un tiempo en este correr de la vida y entregar un poquito de nuestro tiempo a los demás.
Esta experiencia se la debo a esa persona especial que me hace ser mejor ser humano, mamá, mujer e hija, que me motiva todos los días a dar lo mejor de mí, que me ayuda en mi día a día a ver las cosas mas objetivas, a darle valor a lo que en realidad lo tiene y sobre todo que nos hace tan felices a mis tres tesoros y a mí.......Gracias Alex
Aqui les mano una de mis nuevas entradas de mi blog espero les guste
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